Los estuches de la marca Pelikán eran unos plumieres de plástico con tapa de bisagras que fueron toda una revolución en los años 80. Era el estuche 2.0.
Con uno de estos estuches Pelikan, MacGyver hubiera sido feliz: los primeros modelos eran estrechos y alargados, de uno o dos pisos e incluía todo tipo de accesorios: bolígrafos, rotuladores de dos puntas una fina y otra gruesa, portaminas, pegamento, tinta para pluma estilográfica, reglas, y hasta una lupa. Lo cierto es que no se usaban ni la mitad, pero era tan bonito verlo todo allí ordenado…
El tope de gama era el de tres alturas. Cuando alguien aparecía en clase con él desataba la envidia de todos los demás, que nos teníamos que conformar con un simple plumier o estuche de cremallera donde amontonar las cosas. Siempre hubo clases.
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