Uno de los mayores deseos de los niños en los años 80 era tener una máquina recreativa en la habitación, como en las pelis americanas. Como esto era prácticamente imposible, los niños españoles nos tuvimos que conformar con la única opción a nuestro alcance: ¡las maquinitas!
Las podríamos calificar como las primeras videoconsolas portátiles. La pantalla era de LCD, con figuras monocromáticas, y con un juego único en cada una de ellas. Los mandos eran muy básicos, uno para mover al muñeco y otros dos para saltar y disparar. Sí, muy básicas, pero altamente adictivas.
Las había de muchos temas, pero sin duda, la reina de las maquinitas fue la del Donkey Kong, que tenía dos pantallas. Con ella conocimos a Mario Bros. Hoy en día, las Game & Watch, de Nintento siguen siendo las más codiciadas.
Después llegó la Game Boy, con formato de maquinita pero cerebro de miniconsola y a dos colores. De ellas salió la generación Pokémon, pero a la generación de la EGB nos conquistó ¡porque podíamos jugar al Tetris!
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